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08 ABR 2012
Reportes oficiales alertaban futuro incremento de lluvias - 08 ABR 2012
Montañas de más de 600 metros rodean al recinto Negrillo, del cantón Pujilí, en Cotopaxi. Un río correntoso, el Pilaló, pasa por detrás y por delante de la mayoría de casas asentadas en zonas un
poco más planas. Entre los cerros y el caserío está la carretera principal que conecta a la Sierra con la Costa (vía Latacunga-La Maná-Los Ríos). Y sobre las montañas verdosas y empinadas están
las pequeñas fincas de sus habitantes y de los de áreas cercanas.
Sus moradores son agricultores, ganaderos y jornaleros. Sobreviven con los productos que les da la tierra y de la cría de animales. Las viviendas y solares que tienen la mayoría los heredaron de
sus padres, abuelos y bisabuelos, quienes compraron o se posesionaron en un pedazo de terreno en las montañas.
Aquí han existido deslizamientos y la crecida del Pilaló ha arrasado con lo que encuentra a su paso. Pero en sus recuerdos no registran un deslave como el del pasado 24 de marzo.
Ese derrumbe acabó con parte de la poca infraestructura. Varias casas de cemento y de caña, entre estas la iglesia, quedaron bajo el lodo, así como sus habitantes, que intentaban subir de un
cerro a otro para salvarse, en medio de los gritos, llanto y rezos de adultos y niños.
No sabían qué hacer ni adónde correr porque la vía quedó bloqueada por los derrumbes. Se sentían encerrados.
Por sus condiciones geográficas, sociales, culturales, económicas y por no tener la capacidad para reponerse a los fenómenos naturales, esta comunidad junto a otros poblados son más susceptibles
a desastres.
En Ecuador, el 35% de la población se asienta en zonas amenazadas por inundaciones, deslizamientos, flujos de lodo y escombros. Y el 30% de las poblaciones de la Costa y la Amazonía, así como el
15% de la superficie nacional, están sujetos a inundaciones periódicas, indica el informe de la Segunda Comunicación Nacional sobre Cambio Climático (2011) del Ministerio del Ambiente y del
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Por ejemplo, en este invierno, Manabí, Guayas, El Oro, Los Ríos, Loja y Esmeraldas han sido las provincias más afectadas por inundaciones y deslizamientos, de acuerdo con los reportes de la
Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR). Esta entidad estatal, en su consolidado nacional con corte del 23 de marzo de este año, identifica a 78.770 afectados.
También han registrado a 5.138 evacuados, 655 damnificados, 2.837 personas que permanecen en albergues; 1.881 personas acogidas por familiares. Entre los daños a la infraestructura están 13.315
viviendas, 97 albergues, 47 escuelas y 31 puentes. Estas seis provincias, declaradas en estado de excepción, han figurado entre las más aquejadas en años anteriores.
En cambio, el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) cita, hasta el 30 de marzo, a 10.504 afectados (2.626 familias) de nueve provincias. De estas, seis provincias son las del
reporte de la SNGR; además de Azuay, Carchi y Cotopaxi.
La Cruz Roja ha reportado a 29 fallecidos en el país hasta el lunes pasado. No obstante, este Diario ha contabilizado a 45.
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