Como si no hubiera pasado nada, los socialistas han optado por el plan previsto antes de la hecatombe del 22-M. Es decir: abrir de forma inmediata el proceso de primarias para elegir un candidato antes del verano que se presente a las elecciones generales, que no se adelantarán.

Ésta ha sido la estrategia elegida por la Ejecutiva Federal del partido para afrontar uno de sus peores momentos de toda la etapa democrática. Con un resultado catastrófico en municipales y autonómicas, sin líder para el futuro y tan sólo a unos meses de unas elecciones generales que, salvo milagro laico, conducirán al PP a la mayoría absoluta.

José Blanco, vicesecretario general del PSOE y coordinador de la campaña, ha comparecido ante los periodistas "para dar la cara y hablar con sinceridad". Ha confirmado que el Comité Federal del partido lanzará el sábado próximo el proceso de primarias y que será el propio Comité, el máximo órgano del PSOE entre congresos, el que decida la fecha del proceso.

Sobre el varapalo recibido en las urnas, Blanco ha asegurado que los socialistas se dan "por enterados" de la "seria advertencia" que les han lanzado los electores (que se ha traducido en un millón y medio de votos menos que en 2007), pero ha subrayado que "éste no es el momento de lamentarse, sino de levantarse".

Voces discordantes

Blanco ha asegurado que en la reunión de hoy ningún dirigente socialista ha planteado adelantar las elecciones generales ni tampoco anticipar un congreso del partido. Sin embargo, algunos dirigentes del PSOE creen que, después de lo que ha pasado, no sirven ya "sólo unas primarias" para afrontar la situación, y que sería "un parche" que sólo conduciría a la derrota.

Los socialistas también han descartado la celebración de un congreso extraordinario, que era reclamado por algunos dirigentes. Hay que recordar que un congreso a partir de julio sería de carácter ordinario, no extraordinario, porque así lo permiten los estatutos socialistas entre el tercer y cuarto año desde la celebración del último encuentro.

La diferencia es muy importante, porque en un congreso extraordinario el partido elegiría a su líder que, a su vez, podría montar ya nueva Ejecutiva, su equipo y diseñar las nuevas líneas generales estratégicas del partido.

José Luis Rodríguez Zapatero descartó el adelanto electoral en su primera comparecencia tras conocer la derrota. La mayoría de los dirigentes socialistas consultados cree que adelantar las elecciones sólo conllevaría aspectos negativos para los intereses del PSOE, pero muchos temen que la presión mediática y social les va a hacer difícil aguantar hasta marzo. Guillermo Fernández Vara ya abrió esta reflexión, porque también hay voces que creen que cuanto más tiempo pase, mayor será el desgaste.

El próximo sábado en el Comité Federal, máximo órgano del partido entre congresos, se pueden tomar más decisiones de calado.